Ya llega el calor y las temperaturas propias del verano. Una época en la que debemos cuidar con más atención nuestra dieta y los alimentos que ingerimos. Es importante contar con alimentos variados y beber líquidos que nos aporten hidratación.
Si tenemos a nuestro cargo o somos responsables del cuidado de personas mayores, debemos fijarnos especialmente en su alimentación. Debemos elegir la dieta más apropiada para ellos y ellas, especialmente en verano, ya que tienen más riesgo de sufrir, deshidratación, golpes de calor, indigestiones, intolerancias, etc.
Los siguientes factores o situaciones pueden afectar a la rutina alimenticia de las personas mayores:
– La pérdida gradual del sentido del gusto o el olfato. Esta situación provoca que la persona pierda también las ganas de comer y no disfrute con los diferentes sabores y olores que le pueda ofrecer la receta preparada.
– Muchas personas mayores sufren de enfermedades, infecciones y dolencias en la boca, y esto provoca también la pérdida de ganas de comer y disfrutar de una dieta equilibrada. La pérdida de piezas dentales deriva en la disminución de la eficacia al masticar, con el consiguiente peligro de indigestiones, atragantamientos, etc.
– Las personas de la tercera edad toman diferentes medicamentos y esto también puede provocar la gran posibilidad de sufrir trastornos como la diarrea, estreñimiento, etc. perdiendo el gusto por comer y provocando malestar y miedo a comer ciertos alimentos.
Debemos ayudarles a comer y beber de manera que su salud y su bienestar se encuentre en la mejor forma posible. Debemos cuidar cada día su alimentación teniendo muy en cuenta sus gustos, posibilidades y sus necesidades.